domingo, febrero 26, 2006

Escuálido

Cuando el presidente se refiere al grupo de venezolanos que no están de acuerdo con su gestión, éste los llama ¡escuálidos!.

De primera impresión me resultó soez el adjetivo, luego de analizar su significado creo haberlo entendido, escuálidos porque carecen de esencia, porque marchan sin más convicción que la impresa en las páginas de los medios finamente acordadas por dirigentes sin escrúpulos dueños de las más bajas intenciones.


Entonces me dije, ¡pero por supuesto que son escuálidos! Si bien la generalización es dura, todos somos víctimas de los promedios.


Cuando más clara se presentaba la palabrita para mí, escuché de la jefa de RRHH de un ente público del país, decir sin siquiera un poco de rubor en sus mejillas por la vergüenza que debió ocasionarle semejante falta de dignidad, que aquellos que no votarán en las elecciones parlamentarias estaban botados.


Que indignación, no puedo creer que se me obligue a ejercer un derecho, convirtiéndolo así en deber, cuando es deber del estado garantizar mi derecho, que ironía.


Entonces me pregunto, ¿Si permito que se me obligue a votar, quién está perdiendo su esencia realmente? ¿En que momento dejamos de ser venezolanos para convertirnos todos en una masa de escuálidos?.


Dudo, no, estoy seguro, de que el Libertador lamentaría ver a su pueblo gobernado por el engaño, por la ignorancia. Después de todo, pareciera que este pueblo si es instrumento de su propia destrucción y además invidente.


“Inventamos o erramos” dijo Simón Rodríguez, quien es citado con tanta frecuencia por el presidente, el asunto es que no estamos inventando nada en estos días, estamos corroborando tesis de nuevo, tropezando una y un millón de veces con las mismas piedras.


En lo personal no dudo de la buena intención de muchas personas afectas al “proceso”, pero excluyendo a los capaces y creando un armatoste lleno de aprovechadores e incapaces que término puede tener éste.


Creo que Chávez era necesario para el país, necesitábamos urgentemente renovación, preguntarnos todo de nuevo, reinventar nuestro destino, o es que acaso alguien puede negar lo oscuro de los fulanos 40 años. Negarlos sería tan estúpido como creer en el liderazgo de escuálidos como: Romer, Ucero, Ledezma, Álvarez Paz, entre otros, pero por favor, es por ellos que el país es lo que es hoy día.


Odio el argumento barato de que en la IV república equis cosa era mejor que ahora, que antes se vivía mejor, si usted está dispuesto a volver atrás para salir de Chávez, entonces es usted un escuálido.


Yo por mi parte aspiro un país totalmente diferente, donde el excluido sea realmente incluido, no como en la IV, ni como en la V, como queremos que sea en la VI. De verdad queremos un país mejor, de ministerios funcionales, de líderes escrupulosos y acérrimos enamorados de este país que tanto los necesita.


Definitivamente no queremos un país de escuálidos, queremos un país de todos los venezolanos, queremos un país de oposición inteligente y chavizmo digno.


Yo quiero un país donde el pueblo pueda estar seguro en las calles, donde los policías no sean más que el pus de un estado desahuciado, donde no creamos todos ser más vivos que el resto, donde seamos gobernados por los inteligentes y dignos, y no por los aprovechados y vivos.


La viveza criolla, tan chistosa ella, de la que todos nos jactamos en las reuniones sociales es el cáncer sin duda alguna de esta sociedad. Creerse más que otros no puede ser algo muy inteligente.


La arrogancia es ego con ignorancia, dice Kiyosaki, me parece excelente frase, y pienso que describe a la oposición venezolana, creyéndose más que otros, perdiendo adeptos a paso de vencedores.


Es momento de reflexión, momento de inventar o continuar errando…

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