domingo, febrero 26, 2006

Jaque!

A menudo pienso en Dios, a menudo me pregunto por qué suceden cosas en este mundo que no me explico, en lugar de preguntarme cosas como, si en realidad existe un Dios. El punto está en que realmente creo que existe un ser supremo, alguien que vela por mi, que de alguna manera cuando hago mal me va mal y que de pronto pasan cosas en mi vida que son parte de un juego perfecto de ajedrez, uno imposible, uno en que las blancas jamás perderían, porque no se permiten el más mínimo error.

Todos somos parte de un gran juego de ajedrez, en el que hay celadas, ataques a la descubierta, sacrificios, enrroques, en fin, jugadas que un principiante no podría ver fácilmente, sacrificios que creemos en vano y que poco después se convierten en brillantes movimientos, partidas pensadas con un infinito de posibilidades predichas.

A veces cuando estoy en la calle veo tantas cosas que no quisiera volver a ver, niños pidiendo con rostros tan secos, tan faltos de niñez, como si un ave de rapiña les hubiese arrebatado de la manera más vil y devastadora su expresión, su belleza, su inocencia.

Me deprimo con situaciones como estas y al interrogarme resulta que siempre llego a la misma pregunta, ¿por qué Dios mío? “es que acaso yo le hice algo a Dios, que le hice yo a la vida”, como diría el carajito de Huele Pega, que duro, que cruel puede llegar a ser la vida con algunos.

Pienso que todo sólo puede ser parte del plan perfecto, de la celada, del juego al que todos pertenecemos y debemos nuestra vida, todos somos causa y efecto, somos energía, somos el producto de nuestra conciencia, la cual no es más que el enterarse de que no se está solo en este mundo tan injusto muchas veces.

Nacer bajo situaciones perfectas, hijo de padres brillantes, pudientes, pensantes y hermosos, no puede ser más que un don, el mismo don que le da un tallador al pedazo de madera que desea se convierta en la reina de nuestro juego. Jugar como reina y comer en cuadros pequeños es subvalorar, subestimar y todo lo que pueda ser supeditado a algo grande. Luego, jugar ambiciosamente y descuidadamente puede resultar en la destrucción de nuestro tablero, perder todas las piezas y quedarnos sólo nosotros y nuestro rey, sin peones valerosos, sin caballos saltarines, alfiles protectores y torres invencibles.

El juego ideal es aquel en el que todos somos beneficiados, creo que ya John Nash lo decía muy bien, el trabajo individual y grupal es el que genera mayor beneficio. No hay nada más complejo que ello, es así de difícil, pero a la vez, así de sencillo, tan sencillo como lo hermoso que puede ser un niño recién nacido, pero tan complejo como el dedo que se inclina y te señala como pidiéndote un respiro o una caricia.

La vida es sencillamente bella y complejamente apasionante, está llena de tantas cosas, de tantos detalles. Cuantas más jugadas en grupo hagas, mejor irás, cuanto más individualista, más solo te quedarás. Sólo sé que eres dama para ayudar a tus peones, no para comerlos y perderlos tontamente.

En la medida en que enfiles tus peones en escalera, serán mucho más poderosos, edúcalos, enséñalos que juntos son fuertes, de nada sirve envidiar a la reina por serlo si no se trabaja duro para llegar a la fila número 16 y ganarte tu puesto como tal. Para coronar necesitarás del trabajo en conjunto de muchas otras piezas, es allí precisamente donde está el punto clave, trabaja, arriesga, da lo mejor de ti siempre, aunque defender a tu amigo peón quizás te cueste la vida, puede ser que a lo largo de la escalera tu subas de cabeza y ellos te lleven a la número 16.

Creo que la vida es como un buen juego de ajedrez, sencillo como comer una pieza, pero tan complejo como el estudio de una apertura.

3 comentarios:

epa dijo...

La vida es así, sólo hay que ir a por la casilla 16, a por el rey contrario (preferiría decir reina, pero estamos jugando ajedrez jaja), sin prisa pero sin pausa.

Hay tan sólo que no dárselas de "el papá de los helados" y no venga un pastor y te liquide en 4 jugadas.

"Divide y vencerás" sólo para aplicar a los problemas... "Un pueblo unido jamás será vencido"

Divide los problemas pero trabaja en conjunto con quiénes te ayudarán a solucionarlo. No es de gratis aquello que cita: "Dos cabezas piensan más que una".

Está bien depinga este escrito bro.

epa dijo...

Y agarra este trompo en la uña: “El tablero es el mundo, las piezas es el fenómeno del universo, las reglas del juego son lo que llamamos leyes de la naturaleza y el jugador del lado opuesto, se encuentra oculto a nuestra vista”
(Thomas Huxley)

camposer dijo...

Jajajaja qué bueno! Oye que fino que retomaste este, es precisamente de los que más me gusta.

Abrazo de gol,