sábado, agosto 08, 2009

Dieciséis

Con algo de pena, pero sobre todo de indignación, me tocó escuchar el grito desgarrador aquel día que profería sin rubor: “dieciséis”

Y sí, fue en aquel viejo edificio de victorias de cuarta, en plena bella avenida, cuando uno de los presentes interesados en bajar a la PB gritó sin ton ni son: “dieciséis”

Simple y básico, pero sobre todo irónico dentro de las instalaciones de aquel Elefante Blanco a cargo de semejante responsabilidad, como la de garantizar nuestra soberanía Alimentaria.

Con qué ironía uno de nuestros funcionarios, de esos de los que pagamos mesada, gritaba inconciente como los que se oponen, “dieciséis”, y mientras hablábamos de Sistemas de Información y Georeferenciación.

En dónde perdimos las instituciones, cuándo comenzamos a conformar Elefantes vestidos de rencor e ineptitud, ¿desde siempre? ¡Quizás! Luego, no puedo saberlo al cabo de diez años de vida profesional velada de color rojo.

Simplemente aún me zumban los oídos después del grito proferido de aquel compatriota, llamando un ascensor de a grito desde el piso dieciséis de aquel Ministerio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajajajaja......Yo he escuchado esos gritos en ciertas oportunidades de mi vida. Verdaderamente nosotros los venezolanos somos una especia bien peculiar.
Victor.